Bachelet en el 20° aniversario del Informe sobre Desarrollo Humano: “Hemos asumido costos. Hemos arriesgado capital político. Y hemos visto a Chile cambiar”

En la actividad, la Jefa de Estado reconoció que al hacer los cambios que el país necesita “hemos tenido el coraje de poner a Chile en movimiento, de confrontar las tensiones de su modernización y de canalizarlas mediante reformas institucionales, responsables y sustentables”.

Esta mañana, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, junto a los ministros de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz; de Vivienda, Paulina Saball; de Desarrollo Social, Marcos Barraza; y de Medio Ambiente, Pablo Badenier, asistió a la celebración de los 20 años de los Informes de Desarrollo Humano en Chile, elaborados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En la oportunidad, la Mandataria afirmó sentirse motivada, ya que dicho documento “dice que la historia de los cambios está hecha por las personas, con sus subjetividades y contextos sociales particulares y, al mismo tiempo, sus destinatarios deben ser esas mismas personas, con sus necesidades y anhelos”.

Los informes del PNUD buscan contribuir a un debate público que permita pensar el futuro de Chile. Sirven de base para los Informes sobre Desarrollo Humano Mundiales y su análisis y recomendaciones pueden desempeñar un papel importante en el diálogo sobre la Agenda para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) de 2030.

Desde 1990, el PNUD publica anualmente este informe que centra el debate mundial sobre cuestiones clave de desarrollo, proporcionando nuevos instrumentos de medición, análisis innovadores y, a menudo, propuestas de política controvertidas.

La máxima autoridad del país destacó que estos estudios “nos han mostrado la creciente aspiración de las personas a ser sujetos de sus vidas, a vivir en relaciones de horizontalidad, basadas en la dignidad y el mérito, a ser representados por un sistema político que reconozca los logros y dramas reales de las vidas cotidianas”.

En este sentido, agregó que “nos han advertido también el obstáculo que significa la persistente inseguridad, la debilidad de nuestros vínculos sociales, la desigualdad en las relaciones y en el trato, una individuación que avanza sin que se desarrollen instituciones a la altura de los individuos, y una creciente distancia entre los ciudadanos y las elites”.

Al respecto, la Jefa de Estado manifestó que “hay límites de los cuales depende la gobernabilidad y el desarrollo”, añadiendo que “esa es la lectura que debemos privilegiar para nuestra historia social reciente, cuando Chile experimentó una fuerte tensión entre las dinámicas sociales y el orden institucional”.

Asimismo, reflexionó que “es en ese momento cuando no sirve hacer más de lo mismo, ni las soluciones van a ser automáticas, sino que provendrán de la acción deliberada de la sociedad. Tampoco se trata de partir de cero, porque esta tensión no es el síntoma de una enfermedad: es la consecuencia de nuestro desarrollo. Así que ahí radica la oportunidad y la necesidad de proyectar las fuerzas de nuestra historia, hacia un piso superior de nuestra vida en común”.

Durante su alocución, señaló que los cambios que se están realizando durante su gestión se enmarcan en tres ejes: en primer lugar, dotar a las personas y sus familias de un entorno que facilite la expansión de su calidad de vida; segundo, la ampliación de la red de protección; y, por último, los cambios que se traducirán en una nueva Constitución, destacando que “hay una demanda social por el reconocimiento del nuevo poder que han adquirido los ciudadanos”.

De este modo, valoró que “todas estas eran demandas y necesidades largamente promovidas, pero postergadas. Muchos decían estar de acuerdo con estos cambios, pero pocos se decidieron a iniciarlos. Romper inercias tiene costos que muchos prefirieron no pagar”.

La Presidenta subrayó que “hemos tenido el coraje de poner a Chile en movimiento, de confrontar las tensiones de su modernización y de canalizarlas mediante reformas institucionales, responsables y sustentables”. Y puso de manifiesto que “hemos asumido costos. Hemos arriesgado capital político. Y hemos visto a Chile cambiar”.

Al finalizar sus palabras, manifestó que “espero que en la consolidación y proyección de esta marcha que hemos iniciado en una democracia siempre dinámica, los Informes de Desarrollo Humano del PNUD puedan seguir acompañando a Chile”.