El Parque Lineal Tena, punto de encuentro del ciudadano del ayer y hoy

Tena (Napo).- El sonido de los motores de las aeronaves, el paso presuroso de los viajantes, la presencia de vehículos  amarillos a la espera de clientes, ahora son solo un tenue recuerdo de la que alguna vez fuera el campo de aviación y aeropuerto de Tena.

 “El espacio, en que ahora se erige el Parque Lineal Tena, originariamente pertenecía a la hacienda Augusto”, propiedad del comandante Rivadeneira, y según reza en la escritura aquí había seiscientos árboles de cacao y árboles frutales entre naranjas, guabos y chontas con cercos de pencos y limoneros”, así lo rememora Fernando Espinosa, Director Provincial de Cultura y Patrimonio de Napo.

Espinosa destaca que por 14.012 sucres este terreno de 2.000 metros de largo, fue vendido al Consejo del cantón Napo, entidad que inmediatamente comenzó con la construcción de la pista de aviación, estructura que a su término, el 5 de mayo de 1949,  fue bendecida por el Monseñor Maximiliano Spiller.

A mediados de la década de los setenta nos cuenta Espinosa, la pista aérea dejo de lado a las pesadas aeronaves, para convertirse en pista atlética, posible premonición para el parque que hoy se erige en este lugar, en la que entrenaron deportistas intercolegiales que a la postre llegaron a ser grandes figuras de atletismo local. Posteriormente y por un corto periodo se constituyó en el aeropuerto principal  del cantón.

“Este espacio siempre fue un lugar de confluencia ciudadana, cuyos actores lo utilizaron para actos de fraternidad y de amistad, hecho que coincide con su presente, porque aquí seguramente será el lugar donde nos encontremos para compartir, dialogar y hacer de la unidad algo cotidiano”, acotó Espinosa.

Uno de los sectores que llama la atención del nuevo Parque Lineal es el sendero histórico que se erige en uno de los costados de la obra, en cuyas leyendas se rememora a 15 familias que aportaron de una u otra forma en el desarrollo del Tena de antaño, en ellas se incluye la familia del señor Héctor Garcés, que  fue concejal en 1950,  y que es el abuelo del hoy  Presidente Lenín Moreno.

A decir del funcionario, esta mención se debe al aporte que brindo esta familia a la ciudad, desde el ejercicio del servicio público, así como lo hicieron otras tantas familias en su momento. “La familia Garcés, Rivadeneira, Rueda, Espinosa, Lara, Gutiérrez, son quienes han contribuido para que esta Tena, sea la ciudad hermosa y linda en la que vivimos, por lo que su ubicación rememora parte de la identidad de los tenenses”.

Hoy las aves de metal ya no hacen de su destino el centro de Tena, sin embargo en poco tiempo volverá a ser el punto de encuentro de las antiguas y nuevas generaciones, las cuales sin duda recordarán los momentos vividos y planificarán los momentos por venir. /HP/El Ciudadano