Mujeres que hacen una diferencia: estrategias concretas para cerrar la brecha de género en el sector tecnológico
Published On: 12 de August de 2018 :: 9:05 pm

Mujeres que hacen una diferencia: estrategias concretas para cerrar la brecha de género en el sector tecnológico

Mujeres que hacen una diferencia: estrategias concretas para cerrar la brecha de género en el sector tecnológico

© Andela Kenya
© Andela Kenya

“Los títulos te permiten conseguir trabajo, pero no te ayudan a conservarlo”. Este es uno de los numerosos desafíos a la hora de preparar a los estudiantes para la economía digital, según la estudiante Virginia Ndung’u, que recibe formación en Moringa School, (i) una institución especializada en desarrollo de software.

concluye el informe 2019 sobre la naturaleza cambiante del trabajo (i) que se basa en el Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales. (i) A medida que la tecnología se torna más preponderante en numerosos sectores, aumenta la demanda de competencias tecnológicas, incluso para los puestos de nivel básico.

​ En 30 economías emergentes, (i) los hombres tienen 2,7 veces más probabilidades de trabajar en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), y 7,6 veces más posibilidades de trabajar en profesiones de este ámbito que las mujeres.

Estas brechas se reflejan en los “bootcamps” (seminarios intensivos profesionales) para aprender programación, en los cuales la tasa de participación de las mujeres es menor que la de los hombres. Esto es importante porque los “bootcamps” se usan cada vez más en los mercados emergentes para dotar a las personas de habilidades necesarias que les permitan progresar en un mercado laboral en evolución.

Sobre la base de trabajos previos de la iniciativa Decoding Bootcamps, (i) el nuevo informe Women Wavemakers: practical strategies for recruiting and retaining women in coding bootcamps (Mujeres que hacen una diferencia: estrategias concretas para atraer y retener a las mujeres en seminarios intensivos de programación) (i) presenta ideas de profesionales que están adaptando las estrategias de selección de personal, diseñando programas más inclusivos y creando vínculos con el mercado para atenuar las limitaciones que afectan a las mujeres y atender mejor sus necesidades.

En vez de presentar una vía preceptiva,

En materia de reclutamiento, algunos “bootcamps” apuntan a contrarrestar percepciones de que la programación es una actividad masculina y aislada, creando perfiles de modelos a seguir femeninos e impulsando las redes de mujeres.

Cuando Andela (i) —que opera en Nigeria, Kenya y Uganda— organizó un “bootcamp” solo para mujeres (i) en Nairobi, en sus materiales de promoción incluyó imágenes de programadoras y contenido dirigido específicamente a mujeres. (i) Además de usar las herramientas de los medios sociales, Moringa School de Nairobi está empleando sesiones de reclutamiento directo que son dirigidas por mentoras o estudiantes mujeres.
Para reducir las tasas de deserción, los proveedores toman medidas, como provisión de cuidado infantil y transporte, para solucionar ciertos obstáculos que pueden limitar la participación de las mujeres. En Santiago, Laboratoria —que opera en Chile, Perú y México— proporciona a las estudiantes una tarjeta para los servicios de transporte locales. El proveedor no tiene recursos para ofrecer cuidado infantil, pero en vez de ello conecta a las madres con servicios de guardería provistos por los Gobienos.

En San Francisco, MotherCoders (i) brinda subvenciones de matrícula y cuidado infantil en el lugar gracias al apoyo de donantes. Pero este modelo podría resultar muy costoso en otros mercados.

Para abordar el desafío descrito por Virginia Ndung’u —que los conocimientos técnicos no son suficientes por sí mismos para convertirse en un experto del sector tecnológico— diversos “bootcamps”, entre ellos Moringa, se concentran en habilidades socioemocionales como colaboración, resolución de problemas y oratoria. De hecho, el aprendizaje práctico es una característica importante de numerosos “bootcamps”.

​ Para ello, se usa un modelo dinámico de aprendizaje entre pares en que existen oportunidades para formular y recibir comentarios frecuentemente; algunos estudios (PDF, en inglés) indican que los métodos de aprendizaje colaborativo, creativo y práctico son más eficientes para enseñar a las niñas materias de CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Por último, el informe destaca las maneras en que los “bootcamps” conectan a los estudiantes con el mercado laboral y presenta las nuevas competencias necesarias. Por ejemplo, AdaLab en Madrid, Andela (i) y Hackbright Academy (i) con sede en San Francisco enseñan a los estudiantes habilidades de desarrollo profesional, como preparar un currículum y una carta de presentación, y los ayudan a crear carpetas digitales para mostrar sus trabajos. Por su parte, programas como Grace Hopper de Full Stack Academy (i) en Nueva York y Ace Hacker (i) en Bangalore incluyen entrevistas simuladas y asesores profesionales. En Buenos Aires, los estudiantes en Plataforma 5 deben llevar a cabo un proyecto del mundo real durante las últimas cuatro semanas de su plan de estudios.

No obstante,

El informe Women Wavemakers destaca la Iniciativa para las Niñas Adolescentes (i) del Grupo Banco Mundial como un ejemplo de lo anterior. En primer lugar, se emplearon mecanismos de pago basado en los resultados para asegurar que los programas de capacitación asumieran una mayor responsabilidad en los resultados de empleo. En segundo lugar, los proveedores recibieron incentivos para formar a grupos más desfavorecidos y evitar así la selección de candidatos con mejores posibilidades de conseguir empleo.

Estos y los ejemplos prácticos presentados en Women Wavemakers pueden ayudar a los encargados de formular políticas y a los proveedores de “bootcamps” a conocer los diversos enfoques que se usan, e identificar cuáles serían los más apropiados para aplicar de manera experimental.
Con este fin, el nuevo Proyecto de Fomento de la Industria y el Espíritu Emprendedor en Kenya, (i) financiado por el Grupo Banco Mundial, dará la oportunidad de explorar a gran escala numerosos enfoques existentes en este ámbito. El proyecto tiene como objetivo fortalecer el ecosistema de los emprendedores y la innovación a través de diversas medidas, que incluyen mejorar la eficacia de las incubadoras y aceleradoras de tecnología y los “bootcamps” de programación.

Además, en todo el proyecto se incorpora la perspectiva de género, lo que se traduce en medidas para aumentar la proporción de mujeres que participan en estos programas, y así ayudar a cerrar la brecha de género en el sector tecnológico.



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